Introducción a la Alquimia


¿Qué es Alquimia? 



El significado práctico de Alquimia es simplemente: composición total, lo que implica la relación entre la totalidad de la creación y las partes que la componen. De esta forma y debidamente entendida, la Alquimia:

Trata sobre el poder consciente de controlar las mutaciones y transmutaciones en el interior de la Materia, la energía y de la vida misma.

Es la ciencia del místico y es el punto fuerte del hombre autorrealizado que, habiendo buscado, ha descubierto que es uno con Dios y está deseoso de desempeñar su papel. Tal vez la historia de la devoción del hombre a la causa de la libertad nunca sea escrita, ni la del planeta ni la de los individuos. Por consiguiente, el hombre nunca llegará a reconocer por estudios superficiales la verdadera historia de la libertad. No obstante, debido al alcance del Espíritu de Dios en el hombre y su maravillosa sintonía con la cámara central de compensación de cada parte de la vida, el hombre puede penetrar en los registros akáshicos de aquellos momentos solemnes de la vida de otros hombres y gracias a ello percibir cómo obtuvieron su victoria. 

Tal como el alquimista edifica sobre los descubrimientos de sus predecesores, de la misma manera hay un instructor interno dentro de cada corazón que instruye al yo exterior, sometiéndolo cuando es necesario y guiando los fuegos de la mente en su búsqueda de las riberas de la realidad, con frecuencia invisibles. Cuando al tema de la creación se le presta atención más allá de lo ordinario, el hombre empieza a darse cuenta de que su propio destino está en sus manos, como un regalo. Siempre ha acudido a Dios en busca de ayuda y Dios siempre ha acudido al hombre para poder otorgarle todo buen don y todo el apoyo que el hombre pudiera razonablemente recibir y reconocer. Desafortunadamente, aun en aquellos periodos de sus más avanzadas meditaciones, los hombres rara vez han vislumbrado el necesario patrón cósmico de lo que son y de lo que serán. 





Los secretos de la Alquimia se encontrarán siempre en el terreno de la creación. Si el hombre no tiene el poder de crear, no es verdaderamente libre. Por consiguiente, la corriente de energía que Dios le está dando en incesante derrame, debe necesariamente canalizarse en matrices de deseo creador moldeadas a la voluntad Divina; pero cuando son erróneamente matizadas, estas energías forman los eslabones de la cadena que lo esclaviza. Nuestro primer paso es, entonces, abortar y transmutar la sustancia negativamente matizada en el mundo de todo aspirante a alquimista. 

El poder de la Llama violeta transmutadora, agente del Espíritu Santo, puede pedírsele a Dios para la purificación del mundo del hombre. Cabe señalar, sin embargo, que este poder rara vez es reconocido antes de que el alquimista haya invocado la Llama violeta por un tiempo considerable, pero por más que practique, su uso de la Llama no será suficiente para transformar su mundo, a no ser que se mantenga la actitud científica correcta. El alquimista que insiste en exaltar su propia voluntad humana y su ego, en contraposición a la Voluntad y al Ego Divinos, no puede en absoluto recibir los grandes dones que el Espíritu aspira a otorgar. Sé que hay muchas personas que se resisten a abandonarse completamente en manos de Dios. Están dispuestas a caminar una parte del camino y cuidadosamente dan un paso adelante cuando la voluntad superior parece halagar la suya, pero como no han renunciado a la voluntad humana, se encuentran a la postre con que sus esfuerzos no han sido recompensados. El hombre no puede negociar con Dios. No obstante, el Universo está más dispuesto a otorgar todo don bueno y perfecto al hombre de lo que el hombre está listo para recibir. El problema no radica entonces, en el océano que está lleno de perlas, sino en el buceador mismo, que debe estar dispuesto a reconocer la presencia de los tesoros del cielo en las profundidades cósmicas: 

Tesoros que el cielo quiere que el hombre no sólo descubra, sino que también posea.

© autores:
Erika Hernández A.
Ingrid Mendoza N. 

Publicar Comentario