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Ley del Ritmo




Conoceremos de esta ley universal que nos dice que todo fluye y refluye, todo tiene sus períodos de avance y retroceso, todo asciende y desciende, todo se mueve como un péndulo, la medida de su movimiento hacia la derecha es la misma que la de su movimiento hacia la izquierda. El Ritmo es la compensación. Esta ley encierra la verdad de que todo se manifiesta en un determinado movimiento de ida y vuelta. En todo se manifiesta una oscilación media, un flujo y un reflujo, un movimiento semejante al del péndulo de uno al otro polo, según la Ley de Polaridad con el cual el Ritmo está estrechamente relacionado. 

El Ritmo se manifiesta entre los dos polos de todo. Ésto no significa que la oscilación rítmica vaya hasta los extremos de cada polo, pues ésto sucede muy rara vez, es muy difícil establecer los opuestos polares extremos en la mayoría de los casos. La oscilación se efectúa hacia un polo primero y después hacia el otro polo. Siempre hay una oscilación, un avance y un retroceso, una elevación y una caída manifestándose en todas las cosas y fenómenos del Universo. 

Esta ley rige para todo: soles, mundos, mentes, energía, animales, vegetales, etc. Como es arriba es abajo y como es abajo es arriba. Lo vemos en la historia de la vida en todas las cosas, en la elevación y caída de las Naciones, es decir, que en todos los planos esta ley está en función. En el plano espiritual por ejemplo, siempre hay una emanación seguida de una absorción. Nosotros emanamos de Dios, nacemos (descendemos a consciencia material) y luego morimos (somos absorbidos a consciencia espiritual). Este es nuestro gran Ritmo. Es una evolución rítmica ascendente, en nuestro nacer y morir, es la respiración y la aspiración, el despertar y el dormir, el trabajar y el descansar. 





Los Universos se crean, alcanzan el punto más bajo de materialidad y entonces comienza la oscilación de vuelta. En los grandes movimientos filosóficos, creados de cualquier clase, gobiernos, políticos de turno, nacen, crecen, llegan a la madurez, decaen, mueren y sólo para renacer de nuevo. Todo se repite una y otra vez, igual al pulso que es el Ritmo más pequeño que nosotros podemos ver o sentir, el día y la noche, las estaciones, nada está en reposo. Todo tiene su propio Ritmo. También lo vemos en todas las fases de la actividad humana. Las mareas de la vida fluyen y refluyen de acuerdo con la ley y así vemos suceder nuestros estados de ánimo fluctuantes, nuestros sentimientos, nuestros estados mentales. Vemos que empezamos algo con un gran entusiasmo que no sabemos cuándo ni por qué decae y luego vuelve y así nos va manejando esta ley y como tal es inmutable. Siempre se cumple, pero al estudiarla, al comprenderla y saber que ella siempre está en función se aprende a usar igual que lo hacemos con la ley de Mentalismo o cualquier otra de las leyes universales. 

Estas leyes no son ni buenas ni malas, simplemente garantizan el funcionamiento del Universo y es nuestro conocimiento y uso de ellas lo que les hace buenas o malas para cada quien. No se puede anular la Ley del Ritmo pero tampoco podemos permitir una vez conocida esta ley, que juegue con nosotros y nos lleve de allá para acá, sino que aprendemos a eludir sus efectos hasta cierto grado. Grado que depende del dominio que se tenga de dicha ley. Aprendamos a usarla en vez de ser usados por ella. Les dejo de tarea que me escriban situaciones que se han repetido en sus vidas. Envíenme sus tareas por favor a mi correo drahernandez0226@gmail.com



© autores:
Erika Hernández A.

Ingrid Mendoza N.

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